En este sentido, los delitos cibernéticos son todos aquellos actos o hechos que, estando tipificados como delitos, se desarrollan en internet o requieren del uso de medios informáticos para ser realizados.
Un parte muy importante de los «delitos de toda la vida» también pueden ser delitos cibernéticos desde el preciso instante que se tienen lugar en internet, haciendo uso de internet y/o empleando hardware o software para ello.
Durante la celebración del «Congreso sobre Prevención del Delito y Justicia Penal» de la Organización de las Naciones Unidas en 2015, se habló del delito cibernético como «una forma emergente de la delincuencia transnacional y uno de los de más rápido crecimiento»:
A medida que Internet se ha convertido en una parte casi esencial de nuestras vidas, suministrando información y comunicación en todo el mundo, los delincuentes le han sacado aprovecho. Con unos dos mil millones de usuarios en todo el mundo, el ciberespacio es el lugar ideal para los delincuentes, ya que pueden permanecer en el anonimato y tener acceso a todo tipo de información personal que, a sabiendas o inconscientemente, guardamos en línea. Las amenazas a la seguridad en Internet se han disparado de forma espectacular en los últimos años, y el delito cibernético afecta ahora a más de 431 millones de víctimas adultas a nivel mundial.
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